diciembre 17, 2018
Domingo Caal Chub, de 61 años, muestra una fotografía de su nieta, Jakelin Amei Rosmery Caal Maquín, en Raxruhá, Guatemala.
Poco antes de que la niña guatemalteca de siete años falleciera en custodia de las autoridades migratorias de Estados Unidos, su padre firmó un documento que indicaba que su hija se encontraba en buen estado de salud. Sin embargo, se desconoce qué tanto logró comprender el hombre, dado que el formato estaba redactado en inglés y le fue leído en español por agentes de la Patrulla Fronteriza.
La muerte de Jakelin Caal pone en evidencia los desafíos de comunicación, a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, cuando los agentes enfrentan un creciente número de migrantes que no hablan ni siquiera español, mucho menos inglés.
El padre de la menor, Nery Gilberto Caal Cuz, tiene como lengua materna un dialecto del maya llamado Q'eqchi', y su segundo idioma es el español. No queda claro cuánta información se perdió en el proceso de traducción o si una mayor comprensión habría evitado la muerte de Jakelin, luego que padre e hija fueron detenidos y sometidos a una revisión médica a lo largo de un remoto tramo de la frontera. Pero el caso generar dudas sobre el uso de formatos únicamente en inglés de parte de la Patrulla Fronteriza.
A todos los agentes se les exige que sepan hablar español, y de hecho reciben capacitación formal de ese idioma. La lectura en español de los formatos suele ser suficiente al plantear preguntas básicas. Pero otros migrantes de habla hispana han señalado que firmaron documentos que, luego dijeron, no habían comprendido.
Cientos de padres migrantes que fueron separados de sus hijos después de cruzar la frontera sin autorización legal durante la primavera afirmaron que firmaron formatos en los que aceptaron la deportación con la creencia de que los menores les serían devueltos, pero luego fueron deportados sin sus hijos. Muchos de ellos tuvieron que esperar por meses antes de reunirse con los menores en sus países de origen.
Jakelin y su padre formaban parte de un grupo de 163 migrantes arrestados el 6 de diciembre cerca de un cruce fronterizo en Nuevo México. Horas después, ambos fueron subidos a un autobús para trasladarlos a la estación más próxima de la Patrulla Fronteriza, pero Jakelin comenzó a vomitar y había dejado de respirar. Después, falleció en un hospital de Texas.
Funcionarios de la Patrulla Fronteriza dijeron el viernes que los agentes hicieron todo lo posible por salvar a la menor, pero ella no había comido ni tomado agua suficiente durante días. En una revisión inicial no se advirtieron indicios de que la niña tuviera problemas de salud, y el padre habló en español con los agentes y firmó una forma en la que se decía que la menor estaba bien de salud.
Los abogados en Texas que representan a Caal censuraron a los agentes por pedirle que firmara la forma I-779, que contiene varias preguntas en las que hay que responder llenando casillas que dicen "sí" o "no". En la sección de comentarios adicionales en la forma estaba escrito "se tiene buena salud
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